Esta vez no viajé. Y creo que no voy a viajar
por un buen tiempo. Pero contaré un recorrido que hizo una pareja amiga la
semana pasada.
Salieron
en auto a la mañana de Roca, como siempre que viajaban. El cansancio terminó
por ganarle la batalla esa tarde al conductor, y pararon en Mercedes. Ya estaban en Córdoba, el punto elegido para
revivir algo de lo que fue el Camino Real hace 500 años. En esta vía que llegaba
hasta Perú había “postas”, lugares donde quienes hacían el recorrido hasta allá
arriba podían parar a dormir.
Las
postas: era el objetivo de estos viajeros del siglo XXI. Conocerlas a todas en
esa provincia. Pero la parte femenina de esta pareja se cansó. Y como bien dijo
él mientras contaba sus peripecias ya de regreso: “es para los que les gusta la
historia”.
Asique se
desviaron hacia el este y llegaron a Luján, provincia de Buenos Aires. Lo religioso
era mas afin a ella. Y también había un museo “deslumbrante”, para él. De todas
formas, lo más impresionante para ambos estaba por suceder.
Se les
ocurrió ir en colectivo hasta la capital (en auto es mucho despelote, dijeron,
bah dijeron otra palabra, pero no está bueno decirla acá). Hasta ahí todo bien: qué lindo Florida, el
ritmo siempre hipnotizante de la gran ciudad. Y a la vuelta, a la vuelta…quisieron
tomar el tren hasta Luján. Ya en el
andén, una gran masa humana esperaba el arribo. Cuando llegó la formación, otro
gran grupo quiso bajar de ella. Y fue así que se vieron transportados en el aire,
tipo recital multitudinario, en medio de una marea que los depositó en algún
vagón. Juntos eso sí. Allí, iban apretados a mas no poder y había gente que aún
empujaba para poder entrar. “Señora, córrase un poco, porque ahí la van a
aplastar”, se apiadó un avezado niño de la mujer, que agarraba su cartera con
todas sus fuerzas. Entonces lo decidieron: como si se les fuera la vida
empujaron para salir rápido. Luego tomaron el micro de regreso (les salía unos
10 pesos, contra 1,30 del tren).
En el
recuerdo, el análisis y el relato de lo sucedido comprendieron Once, TBA, los subsidios, los 51 muertos y a los porteños.